(El tesoro del galeón Santa Lucía capturado por el pirata
Cornelio Jol (Pie de Palo) en la antigua jurisdicción de Sagua la Grande, Cuba)
(Resumen de un enorme archivo en
poder del Grupo "Sabaneque" (Dto Espeleológico-Colección Tintín) después de varios años de trabajo de campo y entrevistas
personales)
En 1626 viajaba tranquilamente una flotilla que llevaría un enorme
tesoro al viejo mundo. Sus escalas serían Veracruz y La Habana. Todo había
marchado perfectamente hasta el momento, pero justamente al vencer la segunda escala,la situación cambió completamente; el
temible pirata holandés Cornelio Jol “Pata de Palo” quien había apostado a sus hombres en el tramo comprendido entre Cárdenas e Isabela de Sagua , logró capturar uno de los galeones más importantes,
el “Santa Lucía” que transportaba !cien mil libras / oro! El resto de los barcos logró escapar en todas direcciones”.
Esto fue lo registrado por la historia oficial hasta nuestros días con respecto a uno de
los asaltos piratas más mencionados de los siglos XVI y XVII, pero en los años
cincuentas de nuestro siglo XX llegó a manos de un grupo de investigadores,el diario de navegación del famoso pirata
holandés, y de repente el “Tesoro del Santa Lucía” resucitó en la mente de los hombres.
Según la traducción,se conoció que Jol enterró el botín en un lugar de la costa norte de la Isla
de Cuba, y que nunca pudo regresar a desenterrarlo,ya que por aquella época era
costumbre montar guardia permanente
en las zonas de atracos piratas para así
evitar el retorno de los mismos.¿Pero,donde se ocultaron las riquezas que trasportaba la inmensa barcaza?;esto nunca lo supo la guardia al servicio de la corona de España, y después de muerto Cornelio Jol (pocos años
después de este entierro) solo sus apuntes quedaron como testigos
de un hecho que aún intriga a los más osados detectives arqueológicos.
Uno de los buscadores del tesoro del “Santa Lucía” que más cerca estuvo de la verdad,vive en la actualidad
como professor retirado en el pueblo de Rancho Veloz, al oeste de Sagua: Juan García Lastre, después de muchos años de
búsquedas e investigaciones, cedió cansado
a nuestro equipo de exploraciones "Sabaneque" su archivo del caso.
(Notas de Diario)
"Visité al señor García el 18 de noviembre de 1975,este muy atentamente me recibió confesándome que “ya
el tesoro de Cornelio Jol no era su secreto, ni su desvelo”, que ansiaba con toda su vida aquel encuentro, y que mi
equipo sería el relevo".
Cuando el diario de navegación de Cornelis Corneliszoon
Jol reapareció entre los archivos de historia de La Habana, García estudiaba Leyes en dicha ciudad y por ser natural de la región norte de Las Villas, lo escogieron como guía de la expedición que se organizaría para la búsqueda
del tesoro en cuestión, pero a su ayuda tuvo que recurrir un amigo pescador de la zona llamado Lane con el cual pudieron
localizar gran parte de los puntos que mencionaban los escritos del pirata.
Las prospecciones de los años cincuentas resultaron completamente estériles a pesar del alto
nivel profesional de aquella empresa,pero al parecer “Pata de Palo” estaba
dispuesto a sepultar el secreto con su muerte.La ingeniosidad del entierro
es indiscutible si se tiene en cuenta
que ! cien mil libras / oro han desaparecido en un área relativamente pequeña ! La técnica usada en los planos
y claves constituyen un verdadero enigma para los descifradores de codices piratas del siglo XX.
El interesante diario describe cómo fue capturado el galeón
y luego conducido rapidamente a las costas de la Isla. El filibustero conocía
perfectamente que de un momento a otro llegaría una patrulla costera para custodiar
la zona del asalto y no pudiéndose llevar tal cargamento decidió pues hacer
un entierro de altura.El Galeón fue introducido en el canal del “Jatal” (cerca de la actual Playa Panchita) y acto seguido descargado por todos los hombres de la tripulación…
"Nuestro equipo acampó en dicho canalizo durante los meses de diciembre y enero de los años
1975 y 1976 con el objetivo de continuar las actividades de aquellos valerosos científicos pioneros que nos habían pasado la antorcha de la investigación.Poseíamos
todos los datos con los que ellos trabajaron e incluso contábamos con muchas de las hipótesis que tanto tiempo les habían consumido,pero
carecíamos de los documentos originales tan necesarios en la investigación moderna de tesoros ocultos; por eso pensamos que
nuestro estudio no se condujo por la vía que exige la ciencia arqueológica; nuestra actividad tuvo un matiz detectivesco y
de aventura, además no contábamos con detectores de metales y otros equipos electrónicos que nos hubieran sido de gran utilidad.
En la clave del derrotero aparecen solo tres puntos a investigar y un mapa del estero.Los
3 aspectos se nos presentan de forma muy confusa:
-PLANO INVERSO A LA OSA MAYOR
-MIRANDO SOL PONIENTE LAS LOMAS DEL HORIZONTE
-LO ENTERRARON DIEZ QUE JAMAS HABLARAN
(Todo esto traducido literalmente del holandés antiguo
al inglés y luego al español). En el último punto quizás sea fácil deducir
que el pirata se refiere a las personas que mató para que no revelaran
el sitio del entierro aunque no debe descartarse un truco o atimaña tan común en estos casos. La segunda de las frases tiene
cierta concordancia con la realidad pues,mirando hacia el sol poniente
(oeste) se pueden divisar las loma
s llamadas geograficamente HORIZONTE (¿Coincidencia?), y en cuanto al
primero de los puntos,mucho puede decirse ya que todas las teorías giran
en torno a este aspecto.En el terreno se encontraron tres balizas muy bien
conservadas exactamente en la misma distribución de la señalada en el mapa antiguo y existe la posibilidad de que estas representen a
las tres estrellas exteriors de la Osa Mayor en cuyo caso todo el estudio
debe centrarse en las combinaciones resultantes
al invertir el plano de la contelación sobre el terreno.
Es curioso señalar que este grupo de estrellas se
les usa comunmente en Astronomía como “indicadoras” o guías
para hallar la norteña Estrella Polar,por lo que no se podría descartar la posibilidad de que el pirata las utilizara con el mismo fin en el complicado plano, y el mismo punto que ocupara la
Polar correspondiera al sitio del entierro en el campo.De esta forma las localizaciones teóricas del entierro serían
menor en números aumentando la probabilidad del hallazgo.
Pero todas son especulaciones ya que el sitio donde yace el cargamento sepultado por los “diez que jamás hablaran”
no se ha hallado aún a pesar de
los cientos de formulas teóricas que han aparecido en torno al caso.
(A la memoria de nuestro desaparecido amigo Angelito Gómez va
este relato pues fue por él que exactamente el día 17 de noviembre de 1975, en el número
23 de la calle Colón en Sagua la Grande, nos enteramos de tan fascinante aventura en la que su amiamigo Lane había participado, y fue con él que nos trasladamos a la Panchita y Rancho
Veloz para conocer de cerca a los protagonistas de las primeras investigaciones.
Queda a opción de los futuros exploradores determinar la
veracidad de este curioso evento.
Nuestra misión fue rescatarlo del olvido y quien sabe si,con mejores equipos, volvamos alguna vez a
la aventura de búsqueda.cien mil libras / oro esperan por un intrépido investigador…