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SAGUA
LA GRANDE
Fundada oficialmente el 8 de Diciembre de 1812,aunque muchos investigadores
del pasado y del presente
coinciden que esto no debía mencionarse más, pues Sagua no necesitaba fundación en esa
fecha en la que ya llevaba más de un siglo de fundada por sí sola. Las fundaciones
oficiales no expresan la historia real de los pueblos, pues, de no
haberlo hecho Don Juan Caballero
en 1812, tendríamos que hacerlo nosotros hoy en día y por tanto la fecha oficial sería 16 de Febrero de 1998, fecha en que escribo estas líneas.De todas formas desde
1796 en que se realizó la primera
misa colectiva y pública en la casa de “el sordo” junto al río Sagua, ya todos
los colonos sagüeros comenzaron
a pensar en“oficializar”sus vidas(Ver: PRIMERAS IGLESIAS), pero allí vivían desde hacía tres siglos en los cortes
de madera, conociéndose el sitio como «El Embarcadero»,pues este tramo
del río donde hoy está el Puente “El Triunfo”, constituía una especie de “puerto interior”,geografía
envidiable para cualquier
otro corte de madera en el resto de la Isla de Cuba. Toda la madera que se cortaba en
la región, era facilmente transportada
a la costa por medio del caudaloso río,a través de ”el embarcadero” de Sagua o
Çagua que era el nombre que los aborígenes sagüeros daban al área a la llegada de los españoles. En la poca historia que se recogió, figura
la expedición de Pánfilo de Narváez,que por el eje del río Sagua,pasó para detenerse en Carahatas en 1511(Ver:EL
VIEJO PUEBLO INDIO) y 79 años después aparecen Don Alonso de Zepeda (1590) por Jumagua y Don Antón Díaz (1591) por Amaro como
los primeros colonos conocidos en la región de Sagua La Grande, aunque estas 8 décadas de vacío histórico
están rellenos de interesantes leyendas y tradiciones orales,al igual que las otras 7 décadas que separan a Zepeda y Antón de la orden que el
6 de Junio 1650 dió el Cabildo
de Remedios para trasladar el antiguo corral de Zepeda a una milla de Sagua.
Debe destacarse un caso no reportado con anterioridad en ninguna
biografía y es el caso del hallazgo de una cachimba o pipa española encontrada por nuestro equipo arqueológico ”Sabaneque”en
el Sitio Aborígen del Dorado (Río Sagua La Grande),lo cual muestra una temprana transculturación de los indios sagüeros con
el colonizador español,quizás en los primeros años de 1500.La pipa encontrada en las capas intermedias de la excavación, la
conservamos hoy,con vista a futuros estudios. Otros eventos históricos que probaban
la actividad o movimiento en la zona los fueron la petición de Don
Melchor Francisco al Cabildo de Remedios en 1664 para trasladar su corral río arriba debido a las incursiones de los piratas.
Se habla de la mención que hace el historiador Don Manuel Dionisio González en su historia de Santa Clara, de una Ermita
que se construyó en 1707 en “el camino del embarcadero”, pero quizás la referencia que usó del camino, sea de
su época (siglo XIX) y no de 1707.
El día 2 de Junio de 1762 ,a solo 4 días del ataque
a La Habana por los Ingleses (dice Don Jacobo de la Pezuela en su Historia de Cuba) “al desembarcar ya su vanguardia
de las peligrosas angosturas del Canal Viejo de Bahama, avistó por el N.O. a tres embarcaciones españolas que iban a cargar
maderas a Sagua, escoltadas por la fragata “Tetis”,de 32 cañones, y la urca “Fénix”,de 18, las que, después de una caza de 6 horas,fueron alcanzadas
por las fragatas inglesas “Echo” y “Alarm” (de 28 y 32
cañones) trabándose por la tarde una refiega que terminó con la rendición de los buques españoles…”
El 30 de Abril de 1763, durante la dominación inglesa, Don Antonio María de la Torre,Teniente Gobernador de Remedios, envió una carta al Intendente de Marina Don
Lorenzo Montalvo, haciéndole saber que él defendería las maderas que los ingleses trataban de extraer de las dos Saguas, principalmente la de Sagua La Chica que era su jurisdicción; lo cual agrega un dato
más a la actividad de esta región en la misma mitad del siglo XVIII.
En 1792 existían, madereros, carboneros, vegueros, y una amplia población de piratas retirados (según tradición oral), además de presidiarios trabajando en los cortes y otra población variada
en el embarcadero o surgidero de
Sagua,según una vieja tradición
oral; lo cual nos ha hecho suponer que, de ser así,estaría justificada la negación de la iglesia a mandar curas a dar misas a esos
“impuros”, así como a establecer cementerios y mucho menos, autorizar “La Fundación Oficial”, (pagando justos por pecadores).”Los curas
no pasaban más allá de Quemado de Güines”
Quizás esto pueda explicar el misterio
de “los cementerios e iglesias de Sagua La Grande que incluso, siendo Sagua capital de una gran Jurisdicción en el centro
de Cuba, aun tenía que ir a enterrar sus muertos en 1812 a uno de sus barrios (Quemado de Güines) distante a xx kilómetros
de la población, donde vivía el único cura de la región.Aunque la tradición oral cuenta que un “Cementerio Clandestino”
(no católico), existió durante todo el siglo XVII (1700-1799) en el sitio que hoy da base
al “Parque de la Independencia” ubicado entre las calles Colón, Padre Varela, Luz Caballero y Clara Barton.
Quizás de efectuarse una excavación arqueológica profunda, pudieran encontrarse las
tumbas de los Patriarcas de Sagua La Grande, aquellos cortadores de árboles que
tantos astilleros españoles abastecieron y cuya madera aun reluce en el Palacio
de “El Escorial” en España.
En 1834 visitó a Sagua por varios días el Poeta Plácido
(Gabriel de la Concepción
Valdés 1809 - 1844 );
encantado con su caudaloso río, pasaba horas y horas en sus orillas observando
su belleza, y donde a la vez recibía a las musas de la inspiración, con una piedra
lanzada a su inmensidad observó las grandes ondas que esta producía para luego desaparecer en sus misteriosas profundidades.
De ahí que decidió bautizarlo con un nombre más poético que encontró, y este fue: “El
Undoso”. Siendo Plácido un personaje tan importante en la isla de Cuba, los sagüeros se sintieron
muy honrados con la inesperada visita y decidieron por tanto continuar llamándole “Undoso” al río y “Villa
del Undoso” a la ciudad, la cual nacía por aquellos tiempos. En la actualidad ha continuado la tradición.